Javier Jerez González

Arquitecto por la ETSAM

Abstract

La obra proyectada y construida por Juan O’Gorman a lo largo de su vida traza un recorrido largo y sincopado entre formas de entender la arquitectura totalmente antagónicas. Su primera etapa de radical racionalismo desarrolla, según procedimientos estrictamente técnicos, un lenguaje revolucionario basado en la austeridad y la precisión. A pesar de ello muchas de sus obras destacan por la plasticidad de sus composiciones volumétricas, la riqueza espacial o, incluso, por la creación de atmósferas oníricas. Los primeros años de frenética actividad dan paso a un periodo de voluntario alejamiento de la práctica profesional de la arquitectura: ni una sola obra, ni un solo proyecto durante cerca de 15 años. Tan solo su actividad docente le mantiene en contacto con el mundo de la arquitectura. Cuando Juan O’Gorman vuelve a ejercer como arquitecto, lo hace construyendo algunos de los iconos del movimiento de integración plástica de México: la biblioteca central de la UNAM y su casa en San Jerónimo. A pesar de las enormes diferencias, o más bien oposiciones, entre unos momentos y otros, puede identificarse una invariante clara como señal de identidad personal: una velada voluntad de no ser arquitecto.

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