El desarrollo de la arquitectura del siglo XX no puede entenderse desasociado de la evolución de las tecnologías de la construcción y los sistemas estructurales. La revolución industrial, sobre todo el segundo período, fue un tiempo de grandes avances tecnológicos y enormes cambios sociales que supusieron la transformación de las ciudades y la creación de nuevos tipos edificatorios que pudiesen dar respuestas a las nuevas necesidades sociales y productivas. Fue también en este período cuando se desarrollaron nuevas técnicas y sistemas que mejoraron los estándares de habitabilidad de los edificios.La invención del hormigón armado a mediados del siglo XIX supuso el mayor avance tecnológico y económico de la arquitectura, generando por primera vez una industria especializada y a gran escala que desarrollaba sistemas de construcción basados, primero en ensayos y posteriormente en profundos estudios científicos. Los inventos de sistemas estructurales basados en el hormigón armado se protegieron celosamente mediante patentes que garantizaban a sus creadores importantes ingresos económicos a nivel mundial. En las dos primeras décadas del siglo XX aparecieron las primeras normativas nacionales con el fin de evitar el monopolio de las grandes empresas constructoras, liberando los sistemas estructurales y dando paso a los proyectistas.