Fernando Díaz-Pines Mateo

es Doctor arquitecto (ETSA, Valladolid, 1994)

Abstract

Estudiar la práctica arquitectónica de los últimos veinticinco años puede generar una sensación de malestar cultural causada por la erosión de los fundamentos de la disciplina en tres líneas básicas: subjetivismo en la estética, relativismo cultural –ajenidad de la teoría y ausencia de crítica– e ingeniería como verdadera arquitectura. La reivindicación de Hays y Eisenman del concepto de autonomía formal en arquitectura introdujo un uso sistemático y abusivo de la arbitrariedad y la ambigüedad, reforzando el hermetismo de la teoría iniciado hacia 1968, volviéndola sistemáticamente críptica y ajena a conceptos con espesor social y generando una actitud anti-intelectual y anti-teórica. El creciente cisma entre teoría y práctica se ve hoy paradójicamente reforzado por la revisión Post-Crítica, al evitar abandonar la jerga hermética que critica. La teoría, dominada por una ‘autonomía discursiva’ metafísica con existencia propia y por el desplazamiento de la reflexión desde la arquitectura de lo cotidiano a su vinculación exclusiva con la ‘gran arquitectura’, se ha vuelto así extemporánea y exige nuevos estilos, formatos y modelos de práctica mediante una necesaria reestructuración para que pueda convertirse en un campo creativo que vuelva a enlazar en un dialogo vivo con la historia y la práctica de la arquitectura.

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