Pablo M. Millán-Millán

Universidad de Sevilla

Abstract

Valparaíso es el resultado de la unión de dos ciudades en una: la ciudad vertical de los cerros y la ciudad horizontal del Plan –parte plana–. Esta doble naturaleza ha ido configurando una dualidad obligada a convivir y a establecer un continuo diálogo, acabando en la mayoría de los casos en conflicto. Si por un lado está la ciudad global y ortogonal como resultado de la ocupación europea, por otro lado estará la ciudad onírica agarrada a los acantilados ajena a cualquier orden preestablecido. Cada una de estas dos ciudades irá materializando su propia arquitectura: una real y estandarizada, propia de cualquier periferia de ciudad, y otra imposible. Será esta segunda la que vaya evolucionando en un intento continuo de adaptación y será el propio lugar el encargado de rechazar cualquier construcción que no le sea propia. Esta dicotomía quedará plasmada en numerosos proyectos que nunca verán la luz. El objetivo del artículo será mostrar, a partir de numerosos proyectos inéditos descubiertos en Valparaíso, cómo la arquitectura pensada para los cerros nunca llegó a construirse y fue dando paso a unas construcciones a medio camino entre lo real y lo imaginario, entre la lógica y el sueño.

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